Oración de Culpa



Y por qué no quitas mi rebelión, y pedonas mi iniquidad? Job 7:21

¿Había pecado Job para merecer tanto sufrimiento?

Job se culpa. Pero su libro no estaría en la Biblia si solo relatara el sufrimiento merecido de un mortal. La reflexión profunda de este libro descansa en el hecho de que Job, siendo inocente (Job 10:7), sufría amargamente, y no podía encontrarle un sentido a su drama.

El sufrimiento está en el fondo de la reflexión teológica acerca del misterio del mal. En esto tenía razón el filósofo alemán Friedrich Nietzsche: la cuestión no es tanto acerca de la presencia del sufrimiento en el mundo como de la ausencia de respuesta a la pregunta: ¿Por qué sufrimos?

A esta cuestión se han abocado la teodicea, que es una rama de la teología racional, también llamada teología natural, y la filosofía. Pero no hay respuesta. En su afán de "defender" a Dios ante la presencia del mal en el mundo, la teología ha ensayado muchas teorías. Desde San Agustín hasta Santo Tomás, los teólogos han manejado la doctrina del crimen y el castigo. Es decir, hay sufrimiento porque hay una falta. En otras palabras. si alguien sufre, es porque de alguna manera se lo merece. Si tú no eres la causa directa de tu sufrimiento, puede que lo sean tus antepasados.

Jesús enfrentó esta teología. Cuando le preguntaron "¿quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego?" (Juan 9:2), él respondió: "No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él" (vers. 3). El mal no se explica. ¡Es la ocasión para que se manifieste la gloria de Dios! No queramos entender el sentido del sufrimiento. El dolor del mundo nos alienta a no bajar los brazos, a luchar por un mundo mejor, más justo.

Cuando el dolor nos asuste, y digamos "¿qué he hecho para merecer esto?", no nos culpemos ni culpemos a Dios. La culpa es mala. Solo es buena cuando la despierta el Espíritu Santo. Porque solo Dios puede quitarla.

La oración derrama frescas lluvias de consuelo al corazón sediento. Cuando la razón se agote, cuando la noche de la inteligencia no tenga luna, cuando no entiendas por qué sufres, aun te queda la oración. Es el único poder que tienes en este mundo.

Oración: Señor, que el dolor de este mundo no me aleje de ti.

Ni para siempre me enojaré

Porque no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí el espíritu, y las almas que yo he creado. (Isaías 57:16)
El Autor:
   Dios Gracias por tu Santo Espíritu, con el podemos seguir adelante, Está Escrito:
Isaías 42:5
Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan:
Salmos 85:5
¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación?
 
Salmos 103:9
No contenderá para siempre, Ni para siempre guardará el enojo.
 
Eclesiastés 12:7
y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.


Jeremías 3:5
¿Guardará su enojo para siempre? ¿Eternamente lo guardará? He aquí que has hablado y hecho cuantas maldades pudiste.

Job 33:4
El Espíritu de Dios me ha hecho, y el aliento del Todopoderoso me da vida.


Salmos 102:26
Ellos perecerán, pero tú permaneces; y todos ellos como una vestidura se desgastarán, como vestido los mudarás, y serán cambiados.

Gracias Padre Celestial, y Gracias por Apoyar...